«Estamos viviendo un momento extraño y distópico que nos va a forzar a reinventarnos aún más».
Conoce a Isabel Yáñez: Especialista en la gestión de proyectos en el ámbito cultural, creativo y de emprendimiento; madre y buceadora aficionada. Un alma curiosa que dedica su tiempo a tres verbos: inspirar, colaborar y construir.
¿Qué es, para ti, ser creativa?
La capacidad del ser humano para encontrar soluciones más allá del nivel elemental de la lógica, a cualquier necesidad que se le plantee. Picasso decía que el gran enemigo de la creatividad es el sentido común.
En estos tiempos que vivimos, vemos que la creatividad aflora por todas partes. ¿Bebe la creatividad de los momentos difíciles?
La creatividad se activa como un motor ante las dificultades. Vivimos un momento de crisis global, cambios acelerados e incertidumbre que nos exige encontrar ideas y salidas nuevas a los muchos problemas que se plantean y también nos permite participar activamente en la construcción de alternativas desde todos los ámbitos.
¿Nos resumes tu experiencia profesional en al ámbito creativo y cultural?
Soy especialista en la gestión de proyectos en el ámbito cultural, creativo y de emprendimiento, madre y buceadora aficionada. Hasta 2019 he sido responsable del Vivero de Industrias Creativas de Factoría Cultural en la Región de Murcia, un proyecto desarrollado en colaboración con el Gobierno de la Región, el Ayuntamiento de Murcia y empresas privadas, desde el que hemos impulsado con éxito 110 proyectos empresariales en el ámbito cultural y fomentado la creación de redes de trabajo entre organismos públicos, asociaciones, empresas y la comunidad creativa de la Región. Mi formación desde que era niña ha sido muy creativa y decidí estudiar Bellas Artes. Además de pintar me gustaba escribir y coordinar actividades culturales por lo que completé mis estudios con un máster en museografía y diseño de exposiciones y un máster en cooperación. Durante más de diez años he gestionado algunas de las principales asociaciones del sector del arte contemporáneo como AVAM (Artistas Visuales Asociados de Madrid); el Instituto de Arte Contemporáneo-IAC; la Mesa Sectorial del arte contemporáneo o el Consorcio de Galerías Españolas de Arte Contemporáneo. He tenido el privilegio de formar parte del equipo inaugural del MUSAC — Museo de Arte Contemporáneo de Castilla y León junto a Rafa Doctor y Agustín Pérez Rubio. Mis textos se han publicado en distintos catálogos y monografías de instituciones como el MNCARS, la Fundación ICO o el MUSAC y he sido colaboradora habitual de la revista NEO2; directora editorial de la editorial Ático Ediciones y comisaria independiente de exposiciones.
¿La gestión de proyectos, también exige creatividad?
Solemos asociar la creatividad a tareas meramente artísticas como pintar un cuadro, diseñar un objeto, componer música o escribir literatura, pero ser creativo, en realidad, es mucho más que eso. En la gestión de proyectos la creatividad es una habilidad que no puede faltar, además del liderazgo, el manejo de recursos, el trabajo en equipo y los conocimientos técnicos. Son contextos de cambio permanente, donde la adaptación continua y la innovación son parte del éxito. En el caso del sector cultural, nos enfrentamos además a una escasa inversión o proyección pública, que contribuye a que este y los que trabajamos en él, tengamos que ser especialmente creativos y reinventarnos de manera continua.
Has estado a la cabeza de proyectos, coordinando iniciativas… como mujer, ¿has tenido que esforzarte y demostrar el doble a la hora de hacer tu trabajo?
Sin duda mi condición de mujer, madre y trabajadora no ha facilitado las cosas. La cultura es un sector en el que hay muchas mujeres trabajando. Grandes profesionales sobradamente capacitadas pero no son tantas las que ocupan cargos directivos u órganos de decisión, todavía queda mucho trabajo por hacer.
A la hora de construir alianzas público-privadas en el ámbito cultural, ¿cómo se consigue aunar los intereses de ambas partes?
Las alianzas público-privadas son fundamentales para la sostenibilidad del desarrollo cultural, social y económico de un territorio y producen beneficios recíprocos en amplias áreas, pero en la práctica hay retos por superar. Todavía existe desconfianza mutua y prejuicios de unos hacia otros. La empresa debe superar la visión de que los que trabajamos en y para el sector sólo vamos a pedirles algo, y ser conscientes de que necesitan su conocimiento y aporte; nuestro sector debe creer que la empresa puede desear un objetivo social y no sólo un rendimiento económico o una mejora de su reputación.
«El sector público debe actuar ágilmente, velando por los intereses de las partes y el beneficio general obtenido de la colaboración. Ante esto, la integridad, el respeto, la transparencia y la buena comunicación son factores fundamentales para el éxito».
¿Cómo fue tu experiencia en el IAC?
Trabajar por y para las asociaciones te permite recibir y aportar beneficios a muchos niveles y vertebrar mejor nuestra sociedad pero créeme, no siempre es sencillo, al menos en el ámbito de la cultura.
¿Y en Factoría Cultural Murcia?
Una de las experiencias más enriquecedoras que he tenido profesionalmente. Para poner en marcha el vivero de emprendedores me trasladé de Madrid a Murcia porque me apasionaba el proyecto. Ha sido una etapa de mucha adrenalina y aprendizaje que me ha permitido conocer a personas maravillosas y trabajar mano a mano con un excelente equipo de profesionales que me ha reafirmado en la creencia de que, más allá de las fundamentales políticas culturales, el compromiso de las personas que trabajan para ellas es lo que mueve montañas.
¿Qué se siente al ver que proyectos a los que has apoyado salen adelante?
Felicidad y mucha satisfacción. Este es un trabajo de acompañamiento y la relación que se establece con los emprendedores es muy estrecha y gratificante. Conoces al dedillo cada uno de los proyectos y su evolución, disfrutas de sus éxitos y estás a su lado para ayudarles a afrontar sus dudas y tropiezos como una experiencia de aprendizaje.
¿Qué has aprendido de los emprendedores a los que has ayudado?
La pregunta sería más fácil si fuera qué es lo que no he aprendido de ellos. Su generosidad, su capacidad de escucha, la humildad, autoconfianza, apertura de miras, paciencia, mucha paciencia y la ilusión, pero también me han enseñado habilidades técnicas y sociales. Al final de cada programa de formación desarrollamos una experiencia de aprendizaje entre iguales,
animando al que quisiera hacerlo, a proponer, diseñar e impartir un taller complementario que recogiera su experiencia profesional y sus habilidades y todos aprendimos de manera significativa.
Creo que en España hay mentes muy creativas. ¿Hay mercado para tantas ideas?
España ha sido históricamente un país muy creativo y continúa siéndolo. El mercado, aunque ahora sea imprevisible saber cómo, ni hacia dónde evolucionará, no va a dejar de existir. El problema, desde mi punto de vista, no es la cantidad de ideas o su calidad que puede ser brillante y fracasar o mediocre y exitosa, sino la forma de ejecutarla. Cuando pones en marcha
una idea pasas por un proceso de prueba y error y la vas ajustando en el tiempo y según las necesidades y eso puede hacerse al azar o de manera sistemática lo que te va a permitir aprender y mejorar tu proyecto.
«Estamos viviendo un momento especialmente extraño y distópico que nos va a forzar a reinventarnos aún más y eso siempre es interesante».
Tras tanto tiempo apoyando proyectos emprendedores en Murcia, ¿cómo ves el panorama emprendedor aquí?
Los informes nacionales destacan Murcia como una de las Comunidades Autónomas con mayor nivel de emprendimiento. Hay una amplia red de apoyo de todo tipo de instituciones dirigidas especialmente a las primeras fases del proyecto pero hay que seguir trabajando en etapas posteriores como la consolidación de empresas.
Para emprender se necesita además de suerte, formación, mucha innovación y financiación (y la poca que hay no está lo suficientemente diversificada). Mi experiencia personal es que hay muchísimo talento pero muchas de las ideas se conciben a escala local, sin pensar necesariamente en llevar sus soluciones a los mercados internacionales, a pesar de que las plataformas de internet y la nube ofrecen esta posibilidad.
¿Qué consejos le darías a quien quiera poner en marcha un proyecto creativo o cultural?
Por mucho talento y creatividad que tengas te enfrentas a muchos retos, por lo que es importante capacitarte para poder llegar a tus objetivos de una manera más eficiente, sin tantos tropiezos que causan desgaste y pérdidas financieras. Apóyate en mentores especializados y en los programas de emprendimiento pero sé muy selectivo, no vale cualquiera, tienes que encontrar a los que puedan darte respuesta a los desafíos específicos a los que te enfrentas y no confundas el talento artístico con saber ser empresario cultural.
«Los emprendedores creativos y culturales deben asegurarse de tener, desde el principio un negocio bien gestionado. Si no les gustan los números o las tablas de Excel, entonces es crucial que se alíen con alguien que sí los maneje».
Has diseñado programas de formación. En los últimos años, parece haber un boom de cursos, seminarios, tutoriales… ¿corremos el riesgo de saturarnos de información? ¿Cómo cribas lo necesario y lo accesorio?
¡Vaya patata caliente! Vivimos en la sociedad de la información y aunque entre sus numerosas ventajas se incluye la democratización del conocimiento, en momentos como estos la sobreinformación se ha convertido en uno de sus principales problemas. Intento poner límites a los múltiples canales de información y dosificarla. El criterio y contrastar la información se hace cada vez más necesario.
¿En qué dirías que necesitamos más formación las profesionales de la creatividad?
Es un sector que suele centrarse más en el desarrollo de sus proyectos que en la consolidación de planes de negocio. Se necesita formación en áreas de enfoque estratégico, económico, fiscal, jurídico y de comercialización.
Co-working, trabajo colaborativo… ¿colaborar o morir?
Internet ha cambiado las formas de trabajo tradicionales, nuestra forma de relacionarnos entre las personas y también entre las empresas y los consumidores. Las estructuras piramidales, jerárquicas y el individualismo profesional cada vez son más cuestionadas como fórmulas válidas para el presente. En los imprevisibles escenarios en los que nos movemos el modelo colaborativo va a ser una herramienta imprescindible para construir lo que esté por venir y el que no lo entienda no sabrá aprovechar las oportunidades que van a aparecer. Mi experiencia personal con la “comunidad creativa de Murcia” es que los espacios y trabajos colaborativos ayudan a romper el espíritu individualista y competitivo instalado en muchas áreas de la sociedad actual y fomenta el concepto de comunidad.
«Trabajar en equipo e interactuar para conseguir un objetivo común nos hace más fuertes, refuerza nuestras redes de apoyo y nos permite adquirir un aprendizaje más rico».
¿Qué forma de arte te inspira más?
La música me ayuda a conectar ideas, la pintura, la fotografía, la instalación pero también el diseño, la arquitectura y los formatos audiovisuales. El orden de los factores no altera el producto, solo depende del momento.
¿En qué proyecto/s estás involucrada ahora?
Estoy preparando material para “La mujer barbuda”, un evento muy especial organizado por Ladies, Wine & Design de Murcia, que tendrá lugar cuando termine la crisis del coronavirus. También estoy desarrollando un proyecto colaborativo de asesoría en emprendimiento creativo pero es pronto para hablar de él.
¿Cómo estás aplicando la creatividad en esta cuarentena?
Tengo tiempo para pensar, parece una tontería pero es tremendamente creativo, además escribo un cuaderno de bitácora y hago collages absurdos con los que disfruto un montón.
¿Qué es lo primero que vas a hacer cuando salgas?
Abrazar a mi hijo.

Entrevista de Silvia Nortes para Ladies Wine & Design Murcia:
En mi currículum pone que soy licenciada en Periodismo, Comunicación Audiovisual y Publicidad. En realidad, solo me gusta escribir. Y aprender, claro. Si no aprendes, se te vuelan las ideas. En mi camino en busca de la plenitud profesional he trabajado en radio, comunicación y gabinetes de prensa. Aunque lo que más me hincha el orgullo es que ‘El País’, ‘El Mundo’ y ‘Vice’, entre otros, se hayan interesado en mis ideas. Como periodista ‘freelance’ soy una profesional de la insistencia hasta que consigo que me publiquen. Escribo desde España para ‘Index on Censorship’ y estoy preparando un libro. También me sale genial el guacamole.
Fotografías cedidas por: Gabriel Spellman, Priscila Ramal y Santiago García del Leaniz.